Bueno, parece difícil; en mi escala de dificultad del 1 al 10, ya va siendo hora de que subamos en peldaño en la elaboración de las recetas del blog y hoy vamos a hacer una de un 0,3 de dificultad. Insisto que este 0,3 no os eche para atrás, intentarlo.
Al igual que en la carne con tomate necesitabamos fundamentalmente carne y tomate, en esta ya os podeis imaginar los ingredientes (si no os lo imaginais os lo digo: pollo y naranja).
Lo primero que hay que hacer es trocear el pollo (por ejemplo las pechugas), paso que nos podremos ahorrar si se lo decimos al carnicero que no lo corte o si cogemos esas bandejas tan monas del mercadona donde ya viene troceado. A continuación haremos zumo de naranja (puede ser de bote, pero no va a estar igual). Bien podemos usar un exprimidor o partiendola a la mitad y apretándola fuertemente contra nuestra cara hasta qe saquemos todo el jugo (método simpsons). Bueno, prosigamos pues. Metemos el pollo en el zumo de naranja y lo dejamos metido 12 horas en la nevera (eso se llama macerar). El día siguiente, cogemos el pollo, lo escurrimos, lo salpimentamos y doramos en una sartén con aceite. Cuando esté dorado lo sacamos y reservamos en un plato. Cogemos 1/2 cebolla y uno o dos ajos, y los picamos en cachitos chequetitos. Lo rehogamos en el aceite hasta que esté blandita la cebolla. Luego echamos el pollo que teniamos dorado, y el zumo de naranja, tapamos y dejamos cocer 20 minutos. Y listo para servir. Acompañar con otras poquitas de patatas fritas.
Algún dia de estos tenemos que poner unas pocas guarniciones para que no siempre sea lo mismo. Se aceptan sugerencias.